Miguel Herrero tuvo el placer de
conocer y charlar con Lydia Bosch durante la presentación de un producto
de la firma Garnier de la que ella es imagen. Fue una charla informal,
fuera de los medios, donde Miguel pude descubrir la gran persona que es Lydia, una de nuestras actrices más queridas y respetadas que no olvida
sus comienzos como azafata contable del mítico concurso "Un, dos,
tres"
Ella es Lydia Bosch, mi Lydia.
Una extraordinaria mujer. Extremadamente capacitada para hacer feliz a
quienes la rodean. Nuestro encuentro se produce durante la
presentación de un producto de la firma Garnier, de la que ella es
imagen, en el verano de 2008. Y fue un placer charlar con ella, descubrir
que el mito es de carne y hueso, que ante todo, es la bellísima mujer que
vemos, por dentro y por fuera. Fue en el restaurante Privé en el centro
de Madrid y rodeado de la mejor plantilla de informadores de revistas de
moda y belleza y otros medios de comunicación. Su cercanía hizo que se
preocupara porque todo el mundo estuviera a gusto en el acto.
Lydia es carisma. Su currículo es intachable. Un listado con algunas de
la series más vistas de la historia de la tele desde que existen las
cadenas privadas. Títulos como 'Lleno por favor' con Alfredo Landa, '¿Quién
da la vez?' con José Sacristán, 'Médico de familia' con Emilio Aragón,
'Motivos personales' junto a Concha Velasco o 'Los Serrano' con Antonio
Resines. Pero ha demostrado ser tan buena en su faceta de actriz como
presentadora y animadora de concursos tipo 'El gran juego de la oca' o
musicales como el recordado 'Sábado noche', haciendo un dueto impecable
con Toni Cantó. En cine, ha desarrollado una interesante carrera, que
comenzó en 'El disputado voto del señor Cayo' siendo su interpretación
de Julia en 'You are the one' de José Luis Garci la que le valió una
nominación para el Goya a la mejor actriz. Y aunque no pudo llevárselo a
casa, allí conserva los premios TP, Fotogramas... que la situaron en las
portadas especializadas. Ajena a los programas de corazón, Lidia vive
entre su familia y su trabajo, sin dar que hablar, sin llamar la atención
más de lo necesario. Porque sin querer, Lydia llama la atención. A mí
me la llamó cuando en Noviembre de 1984 yo tenía 6 años y vi en mi
adorado concurso 'Un, dos, tres' a una nueva azafata, que despuntó desde el
principio. Porque no sólo fue la gran contable del espacio, sino además
bailó, desfiló, actuó y brilló como la estrella que tenía que ser
desde que fue concebida para el programa con un apellido ficticio, Bosch,
por el gran Chicho Ibáñez Serrador.
Precisamente, hablamos de sus comienzos, de aquellos ballets temáticos,
de lo divertida que fue aquella época y de cómo presume de sus
comienzos. Mientras que alguna otra actriz omitió su paso por el programa
de la calabaza y el 'hasta aquí puedo leer', Lydia siempre ha sido muy
agradecida con aquel trampolín. Ser una secretaria del 'Un, dos, tres' no sólo
no era malo, sino que era marca de la casa, una seguridad de que habría
talento detrás. Pero si ese talento no se explotaba con trabajo y
esfuerzo, no se conseguiría más que una etapa de popularidad. Por eso,
cuando Lydia ya brillaba en el firmamento de donde no se ha bajado, regresó
de visita al 'Un, dos, tres' para ponerse del otro lado, de concursante,
junto al actor Iñaki Miramón y por su vigésimo aniversario. Y los
seguidores del programa nunca olvidaremos el detalle de estar de nuevo en
ese plató que la vio nacer y poquito después de haber dado a luz. Y esa
luz nunca se apagará si Lydia nos acompaña. Sonará a cursi, pero es la
sensación que transmite, de buen rollo.
Gracias, Lydia, por haber compartido durante un ratito tus
(nuestros) recuerdos, con el merchandaising del '123' en el que apareciste
(discos, álbum de cromos, puzzles...) y aún queda pendiente una
entrevista en mi sección para seguir disfrutando de una mujer 10. 10
razones para no olvidarte, como poco.
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