Los teleadictos que vivieran la televisión de los años 80
no pueden concebir esa época sin tener en cuenta una revista del medio que hizo
que las series y programas de entonces se convirtieran en verdaderos iconos de
la pequeña pantalla. Un título sencillo pero significativo, TELE INDISCRETA.
En 1984, los quioscos recibían la nueva cabecera de las
revistas del corazón, INDISCRETA. Muchas de las publicaciones semanales barrían
en ventas. HOLA, LECTURAS, DIEZ MINUTOS, SEMANA, GARBO, PRONTO… tenían unos
lectores incondicionales que animaron a las editoriales a emprender nuevos
proyectos basados en la información del famoseo nacional e internacional.
INDISCRETA llegó para hacerse un hueco en el mercado, con un ejemplar semanal
diferente, divertido y más centrado en la programación televisiva y sus
personajes. Así, Carmen Martínez Bordiú compartía espacio con estrellas
televisivas de gran interés. Ideas simpáticas como ofrecer caretas de personajes
famosos fueron singulares dentro del género de la prensa del colorín. Lo cierto
es que la oferta no pareció convencer al público al que iba dirigida y hubo de
ser remodelada a los pocos meses.
Los encargados de aquella revista pensaron que aún podría
hacerse una nueva intentona, transformándose en un magazine dedicado, en
exclusiva, a todo aquello que fuese noticia relacionado con la programación de
Televisión Española. En esos momentos, la reina era Teleprograma, la conocida
revista TP. Pero contaba con cierta competencia: TELE RADIO, la revista oficial
de la propia cadena pública, y otras de menor relevancia, cerrando en ese
momento la pequeña SUPERTELE, a principios de 1985. Para cubrir ese hueco, y de
manera más competitiva, nació a principios de ese año… TELE-INDISCRETA. En su
título estaba la clave, el interés desmedido por conocer todos los detalles de
las dos cadenas de TVE y las pocas autonómicas que en ese momento estaban en el
aire, como TV3.
Lo cierto es que pocas posibilidades iba a tener en un
momento copado por tantas publicaciones pero ni ellos mismos sabían la
oportunidad que se les presentaba. Y es que entonces , TVE estrenaba una serie
americana de impactante contenido, “V”. Los visitantes alienígenas ocupaban la
franja de tarde del sábado en la Primera Cadena y los responsables de TELE
INDISCRETA quisieron aprovechar el tirón del momento. Nunca se había visto una
serie de ciencia ficción de igual repercusión en nuestro país. La revista
ofreció a sus lectores un cómic central con las andanzas de cada capítulo,
además de un llamativo poster de sus principales personajes y escenas. Por si
fuera poco, otro regalo más, un pack de pegatinas de “V” y de otros ídolos del
momento. Todo el mundo deseaba obtener esos regalos. Las carpetas se llenaron de
adhesivos con la cara de la lagarta Diana. Las paredes se empapelaban con
posters de Mike Donovan y Juliet Parrish, y la idea de que estos presentes
fueran semanales, dejaron a las revistas competidoras fuera de lucha.
TELE INDISCRETA partió de un precio de 50 pesetas, muy
asequible. En pocas semanas, ascendió a 60 para irse elevando en poco tiempo.
Las portadas resultaban muy tentadoras para cualquiera que pasara por el
quiosco. La primera fue Mayra Gómez Kemp, entonces la mujer más popular de la
televisión gracias al concurso “Un, dos, tres”. Y esa fue la imagen del anuncio
que promocionó la revista en TVE. “Toda a todo color” para diferenciarse de su
principal rival, TP, que en su interior era principalmente en blanco y negro
aún. En esa campaña se hacía incapié en la posibilidad de ganar un fabuloso
premio, un coche. La voz de Jordi Estadella (desconocido en ese momento pero
que, años más tarde, sería tan popular como el resto de estrellas mediáticas)
relataba las virtudes de la nueva publicación. Un simpático rótulo aclaraba que
el chofer que aparecía no iba incluido.
Al margen de los diferentes obsequios que TELE INDISCRETA
ofrecía, sus contenidos resultaban de lo más interesantes. Reportajes sobre las
series del momento (“El coche fantástico”, “El equipo A”, “Fama”), los programas
más relevantes (“Como Pedro por su casa”, “Ahí te quiero ver” o “Los sabios”),
una especial atención a los espacios infantiles incluyendo los dibujos animados
(“Inspector Gadget”, “Noeli”, “Lucky Luke”, “Barrio Sésamo”…), además de otros
aspectos relacionados con la programación. La revista aprovechaba la emisión de
especiales informativos, documentales, deportes o musicales para informar de los
temas que en esos programas se trataban. Así, la aparición de un artista en
“Tocata” o “A tope”, les servía para mostrar amplia información acerca del mismo
o un relato de su trayectoria personal y profesional. Un reportaje de
“Documentos TV” servía para detallar el tema y acompañarlo de imágenes para
mayor comprensión. Por este motivo, muchos de los programas contaron con sección
propia. Así, hubo un coleccionable de 8 páginas cada semana sobre la serie “Los
marginados” de Carmen Sarmiento, otro sobre los capítulos de “Érase una vez la
vida”, un resumen de lo más destacado de la semana en “Por la mañana” de Jesús
Hermida o la más completa información de cada enfermedad en “Prevenir de la A a
la Z” a raíz del “Más vale prevenir” de Ramón Sánchez Ocaña.
Si la programación diaria ya se desgranaba al detalle en
TP, el formato de TELE INDISCRETA le permitía poder desarrollarlo con mayor
precisión. Lo hacía separando cadenas y desglosando cada personaje con el nombre
de su actor, el número del capítulo y el total de esa tanda en emisión, la
sinopsis del mismo, alguna foto para realzarlo, y en mayor tamaño para los
espacios más recomendables. Cada día de la semana llevaba asignado un color.
Así, para muchos, aún relacionamos el domingo con el naranja, el martes con el
verde o el viernes con el azul. El fenómeno de la serie “V” le permitió a la
revista vivir un tiempo de bonanza impresionante entrevistando cada semana a un
actor/actriz del reparto, mostrando los patrones para hacerse el traje de los
visitantes, con su propia máquina de coser, o avanzando las novedades de los
siguientes capítulos. Hubo robos en quioscos de toda España para hacerse con
decenas de ejemplares que incluían los regalos, e incluso consiguió entrar en el
Libro Guiness de los Records al sacar al mercado cada semana un millón de
revistas, cifra indiscutiblemente de impacto.
TELE INDISCRETA compartía editorial con otra vendedora
ilustre, SUPER POP, que salía cada 15 días. De hecho, los posters solían llevar
el anagrama de la primera para la imagen de una serie, mientras que en la otra,
el anagrama acompañaba la imagen de un cantante o grupo de moda. La fiebre de
“V” era fuerte pero la serie sólo iba a durar hasta Julio. Había que renovar
ídolos o las ventas caerían en picado. La revista no podía asimilar que la
Resistencia y los lagartos ya habían acabado en Estados Unidos y sin posibilidad
de renovación. En esa época, no existía Internet y las noticias sobre las series
no llegaban más que por reductos específicos, de expertos en el tema. Por lo que
inventaron una falsa continuación de la serie, totalmente irreal, acerca del
final de la humanidad por aproximación del sol. Durante algunas semanas
alargaron la historia en reportajes y cómics pero pronto vieron que la falta de
información e imágenes de la misma no podría durar mucho más. Pero para
entonces, la revista ya había conseguido un digno sucesor, que supieron
exprimir. “El equipo A” venía pegando fuerte en el mismo horario de “V” desde
Julio de ese 1985. TELE INDISCRETA regaló unos comics con Mister T y compañía en
sus páginas centrales. Y, a mayores, “El coche fantástico” y David Hasselhoff
impactaron en el horario de sobremesa de lunes a viernes a las 15.30h. De nuevo
se incluyeron posters de KITT, que dos años más tarde sacaron uno formado por
tres posters, que lo convertía en gigante. Ídolos de jóvenes y de jovencitas,
Lorenzo Lamas en “Falcon Crest”, que cortaba la respiración de muchos y muchas.
Las telenovelas serían un nuevo filón para la revista.
Tantas eran las andanzas de las familias protagonistas de
estos folletones que resultaba de gran ayuda el que un medio ofreciera las
historias de cada serie a modo de coleccionable. Así, se podían guardar como
curiosidad o como aporte de información para quienes se pudieran perder con
tantas historias paralelas. “Falcon Crest” fue la primera, donde se narraba a
modo de novela lo que ocurría entre los Gioberti y los Channing. Después
vendría “Dinastía”, con “Los Colby”, o “Norte y Sur”, serie de época que sirvió
para que la revista también ofreciera un coleccionable con la verdadera historia
de los hechos que sucedían en la misma. “Santa Bárbara”, ya en 1989, sería el
coleccionable de mayor duración debido al extenso número de capítulos de la
serie. Sólo en TVE se contabilizaron 520 capítulos, que se ampliaron en otra
tanda mayor al pasarse a Antena 3. Pero en aquellos primeros tiempos de TELE
INDISCRETA se intentó abarcar los gustos de los diferentes públicos a los que
iba dirigida. Así, contaba con un buzón de reclamaciones, una sección para las
novedades de videoclub (era el momento emergente de los videos), además de su
sección de recetas de cocina, gimnasia, pasatiempos, consejos o de sociedad (“El
reportero de Tele Indiscreta). Un ejemplo de preocupación por otros aspectos no
televisivos fue la serie de reportajes titulado “Yo estaba en Hiroshima”, en 10
entregas.
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