El rincón de 

 Miguel Herrero

Hace unos días, mi sección telenostálgica en Castilla y León TV tuvo el orgullo de recibir a la mítica presentadora Beatriz Pécker, que durante cuatro años condujo el emblemático programa musical de TVE “Rockopop”. Fue una tarde para homenajear el trabajo bien hecho, la dedicación a los grupos y canciones de una época, la que finalizaba los años 80 y la que dio entrada a los 90.

Beatriz es una mujer cercana, nada mitómana y muy modesta. Gracias a un programa como el que ella conducía pudimos descubrir los mitos e iconos del mundo de la música y con la dedicación a un producto que, anteriormente, no había sido tratado con igual eficacia. Programas como “A tope” o “Número 1” no consiguieron sacar todo el jugo que las figuras del momento podían ofrecer. Años de CC Catch, Paula Abdul, Ofra Hazza, Michael Jackson, Madonna…

Fue en Octubre de 1988 cuando TVE abría por primera vez la cabecera de “Rockopop”. Ese debut fue muy particular porque se hacía en directo, con todos los contras que esa alternativa ofrece. Lo mismo hicieron en “Tocata”, 5 años antes, y en ambas ocasiones se dieron cuenta de la dificultad para que grupos internacionales y secciones variadas entrasen sin fallos y sin dar el resultado óptimo que se esperaba. Por eso, luego, siempre fue grabado.

El programa tuvo unos apartados básicos que nunca fallaron. La lista de ventas comenzó con Yolanda Valencia aunque fue Paloma Serrano la que, tres meses después, se haría con el cariño de los espectadores. Su reclamo principal, soltura ante las cámaras, mucha simpatía, total naturalidad y una evidente belleza. Aunque el programa jugaba con dos estilos, el rock y el pop, los puestos más altos de la lista solían ser para estrellas fuera del género, como María del Monte o Lucho Gatica.

Otros dos históricos del programa fueron Quique Supermix y Teresa Viejo. Los dos tienen un parentesco familiar y fueron dos piezas clave en el triunfo del programa. Quique tenía una imagen enrollada, de chico guaperas, y al que pronto, en Telecinco, le reclamaron su presencia para completar aquel grupo de jóvenes de “La quinta marcha” (junto a Penélope y Jesús Vázquez). Teresa sería la chica lista que es enviada a cubrir conciertos o para hacer reportajes específicos.

Beatriz Pécker era la unificadora de secciones e invitados. Sus presentaciones resultaban didácticas, cercanas. Ni tan pasotas como quisieron hacer los presentadores de programas posteriores ni tan light como los predecesores. Ella mantenía informada de conciertos, daba cuenta de las noticias más candentes de las estrellas VIP (una compra de casa, alguna boda o problemas con la justicia), informaba de concursos para los espectadores o entrevistaba a cantantes.

Por el plató fueron desfilando estrellas nacionales emergentes como Gabinete Caligari, Tam Tam Go, Cómplices o Mano Negra, y otras ya consolidadas como Mecano, Alaska y Dinarama, La Década Prodigiosa o Duncan Dhu. La lista de internacionales abarca desde Génesis (con Phil Collins), Roxette, Texas, Cindy Lauper o Lisa Stansfield. También salieron fuera de plató para entrevistar a B-52, Eurythmics, Sting y muchos otros grandes del momento.

Diferentes cambios de plató, un par de cabeceras, unos premios “Un año de Rock-o-Pop” y un salto de horario de la tarde del sábado al mediodía (antes del Telediario), hasta su final en Octubre de 1992. En TVE pensaron otras fórmulas musicales, más baratas, con más videoclips, con más “marcha” pero con menos horas detrás de las cámaras. Situación que fue empeorando con el paso del tiempo y que nos llevó a la pérdida progresiva de programas de este género hasta su, casi completa, desaparición.

Beatriz Pécker es hija del histórico José Luis Pécker (“Un millón para el mejor”, “Las 10 de últimas”…). Ha sido comentarista de muchos festivales de Eurovisión, responsable de aquel “Música golfa”, directora de Radio 3, subdirectora de RNE, primeriza en aquello de cantar en Telepasión y una gran invitada de esta sección, la más telenostálgica del momento, que tiene en Beatriz el icono de presentadora inolvidable de nuestra adolescencia. Gracias, Peckerina. (Como te decía Joaquín Prat).