Javier Gurruchaga es el mejor showman que tenemos en
este país. Y para disfrutar de todas las anécdotas que guarda en su haber,
se acercó a mi sección telenostágica hace unos días, siendo un verdadero
honor para nuestra televisión. Este mago de la escena pone toda la carne
en el asador para que cada aparición suya sea un derroche de
entretenimiento y frescura.
El líder de la Orquesta Mondragón
dio sus primeros pasos a nivel nacional a finales de los años
70-principios de los 80. Su aparición estelar en el musical “Aplauso” le
convirtió en todo un personaje. Actuaciones cargadas de humor renovando la
música del momento. Algo diferente pero atractivo. Canciones de calidad
pero alejadas del tono habitual, que no caían en el tópico “me quieres/te
quiero/rompemos”.
Temas donde se aconsejaba usar una
peluca, se versionaba el cuento de la Caperucita o donde se narraba la
historia de un hombre sin brazos en un circo ambulante. Posiblemente esa
fuera la mejor filosofía del gran Gurruchaga, la excentricidad. Películas
como “Freaks, la parada de los monstruos” serían su referencia para
actuaciones y programas. Enanos, mujeres barbudas, gordas de carcajada
histriónica.
En 1984 nace “La bola de cristal”,
mítica referencia de la nueva televisión cargada de modernidad. El espacio
infantil-juvenil contaba con secciones bien diferenciadas. Y una de ellas,
“La cuarta parte”, sería responsabilidad de nuestro magnánimo invitado. En
ella, interpretaba los personajes de una imaginaria familia algo
descentrada. La madre, Cayetana. El padre, Gregorio. Y la tía Nancy,
americana como su tocaya, esposa de Reagan.
Dentro de “El cuarto hombre”, Javier
hacía la introducción a modo de James Bond, algo torpe en su disparo a
cámara. Veíamos el videoclip de un grupo de moda, las andanzas de su
parentela y un noticiario temático, confeccionado con imágenes de archivo
muy atractivas y señeras. Germen de los programas nostálgicos, le daba un
toque cultural y alternativo, muy poco habitual en programas dirigidos a
un público joven.
Javier presentó “La tarde” durante
una de aquellas semanas en que los famosos iban rotándose la presentación
del magazine vespertino de TVE. Funcionaban sus shows en la tele. De esta
manera, Pilar Miró le ofreció ser el anfitrión de “Viaje con nosotros”, un
programa que dio mucho de sí en sus seis meses de emisión. Pocos espacios
de tan poca vida tienen tanta repercusión. Su nombre provenía de una de
sus mejores canciones.
Con los medios de transporte como
leitmotiv y un grupo de guionistas, “Lo que yo te diga”, (entre los que se
encontraba el presentador de “Lo más plus”, Máximo Pradera), la aventura
fue de polémica en polémica. Desde la parodia de Els Joglars a Jordi Pujol
y al Barça (con Virgen de por medio) a un pequeño Felipe González (Hervé
Villechaize), que sirvió de burla a las entrevistas de Victoria Prego al
entonces presidente del Gobierno.
Actuaciones musicales de calibre,
entrevistas de alto postín (Cela, Carrillo, Pasqual Maragall, Victoria
Abril, Jesús Gil, Ana Obregón, Pedro Almodóvar…), algún concurso ligero y
sketches de órdago. El surrealismo y el ingenio elevado a la máxima
potencia, como la parodia de Mike Jagger usando al feo de los hermanos
Calatrava. Un Ondas al mejor programa del año refrenda el éxito del
espacio, que tuvo como colofón una Nochevieja que ha quedado en los anales
del medio.
En el 92, fue el responsable de “El
huevo de Colón”, show veraniego para Tele5, junto a Yvonne Reyes, y en el
que volvió a explorar el insondable mundo de la comicidad. En la parte del
concurso “El huevo es oro” participó un desconocido Santiago Segura.
Experiencia corta la de este programa pero nuevamente original. La carrera
del señor Gurruchaga se nutre como cantante, como exitoso actor nominado
al Goya o como magnífico entrevistado. Por acudir a mi cita tan
amablemente…¡un fuerte aplauso para Javier!
Vídeo de la
entrevista
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