Hace unos días tuve a bien recibir a uno de los
iconos más recordados por los más pequeños de los 70 y 80, don José Ramón
Sánchez. Tras un nombre muy común, se encuentra un talento poco frecuente
en el arte de la pintura y el dibujo. Quienes le hemos conocido sólo
podemos hablar bondades. Lógico que su hijo Daniel Sánchez Arévalo haya
heredado su pasión por el séptimo arte, dirigiendo películas como “Azuloscurocasinegro”.
José Ramón es de Santander y ahí le podemos
encontrar hoy en día. Dedica su tiempo a su vida, la pintura. Pasa horas
trasladando las imágenes que ve, o que piensa, al papel. Aunque es
conocido, principalmente, por unos dibujos simpáticos y aniñados, JR
realiza unas figuras más estilizadas y serias. Cuenta con colecciones
dedicadas a la historia del cine que “quitan el hipo”.
A televisión llegó en los años 70, colaborando junto
a Gloria Fuertes en el recordado espacio infantil de María Luisa Seco, “Un
globo, dos globos, tres globos”. Allí ya ponía en práctica su mejor
habilidad, dibujar las historias que se iban narrando. Tanto sorprendió
esta disfunción (como él mismo la define) que TVE no quiso perder la
oportunidad de contar con su presencia regularmente.
En 1981, se estrena el mítico programa de José
Antonio Plaza “Sabadabadá” para los sábados por la mañana. El grupo de
integrantes tenía a Torrebruno y Mayra Gómez Kemp como principales
responsables, acompañados de Rosa María Otero y el muñeco Horacio
Pinchadiscos. A todo un listado de interesantes contenidos y actividades,
se añadió la sección “Vamos a dibujar”, comandada por nuestro José Ramón
Sánchez.
Ahí es donde finalmente su popularidad se dispara al
máximo. La presentadora iba relatando una historia mientras JR completaba
la narración, dibujando las situaciones, escenarios y protagonistas de las
mismas. Un diseño que iba formándose ante nuestros ojos gracias al
rotulador que daba vida, con rapidez y precisión. Una conocida firma de
rotuladores quiso contratarle para promocionarse, pero él no se entregó a
la comercialidad.
Famoso fue su bigote, poblado. Una imagen de
serenidad, de cercanía, de transmisor de cultura a través de sus dibujos.
Aquel programa infantil comenzaba con una cabecera formada por imágenes de
la película que José Ramón realizó, junto a Cruz Delgado, “El desván de la
fantasía”. Ese filme es una muestra de creatividad y sentimientos, basados
en los libros que JR editó sobre el circo, el cine, los juegos o los
deportes.
El “saba” se convirtió en “Dabadabadá” cuando se
ubicó en la noche de los jueves. Los presentadores se sucedieron, desde
los niños de “Verano azul” –Pancho, Javi y Tito- a Sonia Martínez con el
muñeco Paco Micro (otra creación del querido Pepe Carabias), pero nunca se
prescindió de la presencia de José Ramón. Y aunque TVE sustituyó el
espacio por “El Kiosko”, otro de los grandes infantiles de los años 80, JR
continuó.
En “El kiosko”, el querido artista estaba en
compañía del entrañable Pepe Soplillo, junto a la encantadora Verónica
Mengod. De nuevo, JR supo mostrar su maestría para amenizar el espacio y
completar los contenidos del mismo. Bien es cierto que le perdimos la
pista desde entonces. Y no será porque no haya parado de trabajar. Al
margen de sus colecciones impresionantes, ha dibujado la Biblia, el
Quijote y otros célebres libros.
Parte de la historia de este país sucedió en la
transición, con las primeras elecciones democráticas. Y José Ramón no es
ajeno a esta etapa. Las primeras campañas del PSOE con Felipe González
tenían sus dibujos de fondo. Los niños de la época recuerdan los libritos
sobre la Constitución que se entregaban en los colegios. Y aquellos
dibujos, también eran suyos, como tantas otras ilustraciones que forman
parte de nuestra vida. Sirva este pequeño homenaje para hacer justicia con
míster Sánchez. ¡Y gracias por el dibujo!.
Vídeos de la
entrevista
Parte 1
Parte 2
Parte 3
Parte 4
|