Marisa
Abad es historia viva de la televisión de nuestro país. Tuvo un primer
contacto con la popularidad como actriz publicitaria junto al histórico
Kiko Ledgard. Su gran oportunidad surgió como azafata del programa de
Miguel de los Santos, “La gran ocasión”. Aunque allí sólo daba las
puntuaciones, pronto tuvo pequeñas frases que le daban más relevancia.
Era el año 72 y aún no intuía que iba a formar parte de la plantilla de
TVE durante más de 30 años.
Marisa
entró a formar parte de la larga lista de locutoras de continuidad que
avanzaban los contenidos de la programación de la tele pública con un
aspecto casto y virginal. Me contaba “la Abad” que solían estar dos
presentadores de guardia. El hombre, para fallos en los partidos de fútbol,
y la mujer para la Segunda Cadena y los avances del “Primer Programa”.
Mientras sus compañeras se quedaron en esas lides, ella pasó a tener
programas propios.
En
1975 se hace cargo de “Gente joven”, un programa para noveles. Durante
más de 5 años, presentó este concurso de donde surgieron muchas
estrellas posteriores. En una de estas primeras etapas, participaron
“Mecano” cuando aún no les conocía nadie. Al principio, tuvo de
compañero al actor Alfonso del Real aunque su pareja definitiva sería
Jesús Vilariño, surgido del propio “Gente joven” en un apartado de
nuevos presentadores. Tras la marcha de Marisa, se encargó del programa
la leonesa Mercedes Rodríguez.
Marisa
se encargó también de la edición sabatina del “Gente hoy” de Mari
Cruz Soriano, denominada “Gente del Sábado”, junto a Emilio
Gutiérrez Caba. También en la primera época de “625 líneas”,
cuando era un programa pobre -dice-, hasta que llegó Mayra Gómez Kemp. E
incluso tuvo su época en “300 millones”, el musical que compartíamos
con Hispanoamérica. Tiempos en los que no paraba y de donde surgió la
oportunidad de convertirse en la mejor presentadora de este país. Premio
TP 1980.
Era
el programa “Cosas” junto a Joaquín Prat, aunque éste apareció a
los pocos días de su comienzo sustituyendo a José Miguel Flores, tal vez
para reforzar la imagen del espacio. La tarde de los viernes y como
magazine variado, lleno de “cosas” como las plantas del padre Mundina
o los consejos para el automóvil de Escamilla. Pese al impacto del
programa, fue una etapa corta donde Marisa pronto se apeó y el programa
pasó a ser “Otras cosas”.
En
el 81, Marisa Abad presentaría el histórico “Bla bla bla”, pionero
de los programas del corazón. Los domingos, y con un estilo que seguiría
Cristina García Ramos ya en los 90, contaba con el periodista Amilibia
para desengranar la crónica social del momento, llena de populares por su
trabajo, actores de series extranjeras de visita en nuestro país y la
naciente jet-set marbellícola. Elogiado en su momento, duró 2 años y
medio, y fue el salto a las quinielas hípicas, tan de moda a mitad de los
80. “Al galope” se emitió los viernes por la tarde, y como compañero,
Daniel Vindel, el histórico de “Cesta y puntos”.
En
aquel programa conoció a su actual marido, Octaviano, director del mismo.
Marisa se encargó de una etapa de la que no guarda buen recuerdo, “De
película”. Tenía que aprenderse unos textos muy espesos al dedillo. Ya
en el 90 se acuerdan de ella para hacer la lotería, y durante 16 años,
ha sido la voz de la suerte. Aunque se ha encargado de todas las loterías
semanales, su dulce palabra y su entrañable ternura fueron un regalo para
los oídos del espectador. Las lágrimas que soltó en su jubilación de
TVE se reprodujeron en el plató del programa donde colaboro, el pasado
viernes. Fue un lujo tenerte, Marisa. Toda televisión. |