La semana pasada tuve el orgullo (y
la satisfacción) de recibir en mi sección televisiva semanal a la mejor
presentadora de todos los tiempos, la gran Mayra Gómez Kemp. Todo un
detalle de afecto que acudiera a un espacio no remunerado pero donde
pagamos con la dedicación, el homenaje y el agradecimiento a todos los
momentos disfrutados gracias a su profesionalidad y talento. Si jugáramos
al “Si fuera” de la Carrá, Mayra sería “la más grande”.
En el año 76, Mayra llevaba mucho
recorrido por el mundo. Publicidad, cine, radio, musical en teatro, la
canción… pero se topó con un programa presentado por Kiko Ledgard, que le
iba a marcar toda su vida. Esta cubana llamó la atención de Chicho y de
todo aquel que disfrutara de su simpatía y naturalidad. Aunque comenzó
como humorista en la subasta, pronto dio el salto a presentar en la única
cadena de televisión de este país, TVE.
Triunfó como cantante en el trío
Acuario y se hizo con un hueco muy importante de la programación, “625
líneas”, que pese a ser un espacio “pequeño” para avanzar el contenido de
la tele de la siguiente semana, le valió su primer TP a la mejor
presentadora. Y aunque causó cierto recelo entre algunas compañeras de
TVE, bien demostró su valía para el medio. Incluso hablaba un inglés
perfecto, nota discordante en “La Casa”.
Pasó al “Ding dong” de Pajares, un
concurso gastronómico dirigido por el segoviano José Antonio Plaza, que no
duró demasiado. Y de ahí, al mítico “Sabadabadá” con Torrebruno y Rosa
María Otero. Infantil cargado de contenidos, donde destacaría el primer DJ
de la tele, Horacio Pinchadiscos. En estas lides, 1982, llegó el hit de su
vida. Ante el rechazo a presentar la vuelta del “Un dos tres” por parte
del humorista Chicho Gordillo, su presentadora sería Mayra Gómez Kemp.
Con Ruperta, Botilde, el Chollo (y
su hermanastro Antichollo), el Boom y el Crack, fueron pasando 4 etapas
que han quedado en la memoria de todo el colectivo social de este país.
Las lecturas de tarjetitas, las eliminatorias pringosas, los cómicos
desfilando por la subasta, las azafatas bailarinas, las respuestas
acertadas, las despedidas lacrimógenas. Es decir, el show más loco de la
tele. Insuperable hora y media de emociones y colorido visual.
La clave fue hacer un programa que
mezclaba sentimientos. Desde los dibujos animados de la cabecera con una
melodía envolvente a la ternura de sus integrantes. Un concurso que era
más que el concurso, era la reunión familiar semanal, el disfrute de ver
buena televisión, la dignidad elevada a la máxima potencia. Chicho supo
hacer un programa maravillosamente rematado, pero fue Mayra la que acercó
a la audiencia. La que, con su saber hacer, nos volvió locos por
permanecer atentos a la pantalla.
Las actuales generaciones de
guionistas, presentadores o directivos, han crecido con esos números
(1,2,3) y se notan las constantes referencias y homenajes en sus series y
programas actuales. Mayra hizo campañas como las del Corte Inglés y radio
en vivo como aquel “Viva la gente” de Antena 3. Radio que se convirtió en
tele y donde no fue tratada como se merecía. “La ruleta de la fortuna”
original y “Simplemente Mayra” sólo fueron una parada más.
Los 90 no se portaron bien con ella.
Teniendo todo para ser la presentadora que no pasase de moda, los
programadores la encasillaban en concursos y no veían más lejos. Sólo a
destacar una divertida “Luna de miel” en las Autonómicas. Espacios
pequeños en Telemadrid e incluso un espacio de medicina en una cadena de
Frade. “Tomates y pimientos” fue un paréntesis, un gustazo para los que la
adoramos. Lo habitual desde entonces fueron los cameos (como “Ala Dina”),
alguna colaboración de sabor agridulce y de profesión, invitada. Aragón TV
es su última casa, por ahora.
Pese a todo, verla en cada
intervención televisiva es un gustazo. Ya sea en un espacio nostálgico
como en un magazine. Tiene vivencias, cosas que contar, su simpatía
arrolladora, una belleza eterna y el cariño de todos y cada uno de los que
la hayan visto en alguna ocasión. Nos dio un susto con el cáncer de lengua
pero le queda mucha vida por delante. Su paso por mi “rincón” demuestra
que está llena de vitalidad. Alguna tele le dará la oportunidad que
volvieron a dar a Hermida, Campo Vidal o Íñigo. Queremos su regreso.
Gracias, Mayra, por todo |