El Lunes 11 de Enero de 1988 aparecía por primera vez en TVE un concurso llamado '3x4' y
que, en breve plazo de tiempo, se haría tremendamente popular en nuestro país.
Meses antes ya se emitía por el circuito catalán de TVE presentado por Jordi
Hurtado. Pero para su estreno a nivel nacional se decidió que lo debería
conducirlo una cara nueva llamada Julia Otero. Este concurso aparecía
pocos días después de la última emisión del "Un, dos, tres" con
Mayra Gómez Kemp y recogió parte del cariño que había dejado Chicho. En este
caso, el "3x4" se emitía cada mediodía por la Primera Cadena de
Lunes a Viernes y llenó un hueco que no era nada habitual para llamar
la atención. Su nombre respondía a las proporciones de los monitores, 3 de
alto y 4 de largo.
Y es que hablar del "Tres por cuatro" es hablar de un híbrido
entre magazín y concurso, ya que su realizador, Josep María Vidal, supo mezclar
varios elementos que hiciesen posible una carencia habitual en el medio,
cultura y entretenimiento a la par. Su filosofía era hacer realidad el sueño
de los concursantes. Ellos/as pedían un regalo que siempre hubiesen deseado
tener y que se saliera de los tradicionales viajes, coches y apartamentos
de ensueño. Con Julia se obtenían presentes más realistas como una
completa biblioteca o una moto. Y para obtenerlos había que conseguir
una suma de puntos que el programa consideraba adecuado a su valor. Y
proporcionalmente, una serie de comodines que permitiesen los errores
propios de este género televisivo. Los puntos se irían sumando de acuerdo a
unas pruebas que se sucederían a lo largo de la hora de emisión del espacio.
La estructura habitual alternaría unos juegos de fácil acceso y
cercanos a los pasatiempos de cualquier revista o periódico con preguntas
referentes a los vídeos, actuaciones y entrevistas emitidas durante el
programa. Detrás de la presentadora aparecían 9 monitores alineados de tres en
tres y que incluían un juego por cada uno de ellos. Los concursantes los podían
escoger al azar. Adivinar los errores en dos viñetas, acertar un refrán
al que le faltan varias letras, encontrar la imagen que no está relacionada con
un tema o recordar una serie de nombres de objetos que previamente había
visto el participante. También se apostaba por la atención a
temas culturales tratados a lo largo del "3x4". Los espectadores
llamaban a un número de teléfono para pedir información acerca de un tema,
para pedir que un grupo musical actuara en plató o ver el vídeo clip y para que
se hiciese una entrevista a famosos con algo que contar. Por eso podríamos
valorar este espacio como uno de los más completos jamás emitidos por
nuestra tele patria. Con factores llamativos en televisión como premios,
los nervios y las propias reglas del juego, se podían aprender muchos aspectos
acerca de gastronomía, deportes, hobbies curiosos, fauna y flora o
tecnología. Eran unos reportajes de cuidada factoría y tratados con sencillez.
Los espectadores entraban en un sorteo semanal recibiendo un número cada
vez que se leía su postal o se escuchaba su mensaje en el contestador del
programa. La apuesta cultural pero atractiva se completaba gracias a las
actuaciones en vivo de grupos como "Hombres G" y cantantes como Caco
Senante, José Vélez, Luz Casal, Carlos Berlanga o Gato Pérez. Y las
entrevistas a personajes de actualidad como Jose Antonio Goytisolo, Pepe
Sancho, Mayra Gómez Kemp, Concha Velasco, Sarah Glasttein o el ciclista
Guillermo Timoner. A continuación, la voz en off del programa realizaba una
pregunta acerca de lo que se había comentado durante esos minutos tras el
famoso "Atención. Esta es la pregunta...".
Con el programa en funcionamiento, lo primero que llamó la atención fue
la profesionalidad de su presentadora, Julia Otero, que llegó a recibir en 1989
el premio TP a la mejor presentación femenina por su labor en el
"3x4". Eso fue comenzar con buen pie. Y también su peinado, que
se conocería como "pelo pincho" y se haría tremendamente popular.
Hasta el punto de que en un sketch de la Nochevieja de la Trinca, "¡1990!",
decenas de chicas aparecían peinadas como clones de Julia en el barco anfitrión
de la noche de San Silvestre. Después salía la verdadera Julia. Lo segundo fue
la llamativa aparición de Susana Egea, la chica de los comodines. Esta bella joven se
mostraba muy ligera de ropa tras varios comodines gigantescos. El cebo era que
según se iban perdiendo, ella se quedaba con menos opciones de tapar su cuerpo
serrano. Por lo que había un arma de doble filo para los espectadores, que querían
que el concursante ganara su premio pero también ver a la bella Susana como
Dios la trajo al mundo...televisivo. Cuando el participante perdía su último
comodín, es decir, perdía la opción de ganar, veíamos a la Egea cubrirse
como podía y con un atuendo temático diferente en cada ocasión.
Si todo esto ya era suficiente atractivo, habría que añadir el de la
"llamada inmediata", un concurso paralelo para la gente de casa, donde
tenían que dar en el blanco en el tradicional "juego de los
barquitos". Decían una letra y un número y tras la casilla podía
aparecer una cantidad económica o el preciado coche, que estaba en el
mismo plató. Y, a su vez, los Viernes se hacía un sorteo con las personas que
habían realizado sus consultas a lo largo de la semana. También el concursante
de plató tenía la opción de las tres llamadas para resolver una
pregunta. Era una vuelta de tuerca a la prueba final de su programa hermano
"El tiempo es oro" pero en lugar de diccionarios, aquí había
listines telefónicos con todas las ciudades españolas.
Tras 322 programas presentados por Julia Otero y ante su imposibilidad de
continuar debido a la emisión nacional de "La luna" en TVE1, pensaron
en Isabel Gemio para sustituirla. La Gemio venía de hacer un concurso,
"Los sabios", y un magazín, "La tarde", por lo que el
"3x4" venía a ser ideal para ella, pues aunaba los dos géneros.
Cierto es que le costó hacerse con el público ya que la ternura de Julia daba
paso al carácter de Isabel. Pero con el tiempo, la Gemio se ganó el cariño de
los espectadores con su aire poético y con el manejo de los abanicos que
coleccionaba. En su nueva etapa se sustituyó a la chica de los comodines por un
pícaro arlequín que hacía acto de presencia desde cualquier punto de
plató para romper o tirar el comodín/carta que escondía en sus manos. Y como
atrezzo de la mesa central se añadió un simpático coche rojo de goma espuma
que resultaba muy simpático dentro del llamativo decorado azul/gris
de esa etapa.
Para los descansos veraniegos se optó por contratar figuras masculinas.
En el verano del 88 se hizo cargo de la presentación del "3x4" el
ya popular Constantino Romero. Y en el verano de 1990 su conductor fue
Jordi González, desconocido para todos en esos momentos, y que pronto se hizo
con el cariño de los fieles seguidores del concurso por su simpatía y aires de
catalán simpático y juvenil. También fueron muy conocidas sus azafatas,
especialmente Mapi, a quien posteriormente veríamos en "El tiempo es
oro". Pero fue una joven azafata, Silvia, quien dejaría un emotivo
recuerdo en la historia del programa al fallecer en accidente de coche. El mismo
día de su muerte se emitía el espacio y las caras de tristeza y el
ambiente de luto se impusieron durante su emisión.
Este programa dirigido por el experto en concursos de factoría catalana,
Sergi Schaff, pasó de TVE1 a la Segunda Cadena para reforzar su programación
junto a "El precio justo" y grandes series americanas en 1989 aunque
se le devolvió a su lugar de origen meses después. También se desplazaría
de horario a última hora de la tarde. Ya a finales de 1990 había
completado una época en la historia de TVE y se decidió prescindir de su
presencia pese al buen nombre que había conseguido. Para su cierre, se empapeló
su plató y contó con la presencia de su primera presentadora, Julia Otero,
acompañada de otros dos potentes nombres mediáticos, Mercedes Milá
y Rocío Jurado.
Pese a los años que han pasado desde su cierre, en nuestra memoria siempre brillará
la estrella televisiva del "3x4" y si estuviésemos en las
votaciones a los mejores concursos de la historia, el mismo
espacio nos daría la clave de los puntos que se merece. Y es que 3
por 4 son 12. Doce puntos para el recuerdo.
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