El 17 de
Septiembre de 1988 nacía para televisión uno de los mejores espacios
infantiles de toda su historia. Hasta ese momento, los Sábados por la mañana
estaban copados por la contestataria 'bola de cristal' de Lolo Rico. Si bien en
sus primeros tiempos sí estaba destinada a un público principalmente infantil,
con el paso de los años y, en especial, en su última etapa, estaba dirigida a
una audiencia madura que pudiera desengranar correctamente los mensajes
marxistas de los Electroduendes. TVE decidió devolver a sus espectadores
el concepto de programa 'blanco' con la emisión de 'Cajón desastre'.
Para llevar a cabo este espacio, contaron con la dirección de Rafael Herrero y
la realización de Juan Blas Leal, aunque fue Federico García Serrano quien dio
marcha al invento y le dotó de unas características diferentes a los programas
infantiles que se habían emitido hasta entonces. La presentación correría a
cargo de Míriam Díaz Aroca, que ya había llamado la atención en el
macroprograma matinal de Jesús Hermida 'Por la mañana'. Allí se convirtió en
la azafata/presentadora adjunta del 'bote de Don Basilio'. Pronto se descubrió
la faceta natural de Míriam para comunicar y para desenvolverse en el medio
televisivo. Ella iba a revolucionar la estética de las presentadoras de
infantiles que habíamos visto en los primeros tiempos de nuestra tele. Si bien
casi todas habían sido mujeres entregadas a la causa y con un aspecto algo
remilgado, Míriam era atractiva, guapa e impactante. Realmente no se sabía si
gustaba más a los niños o a sus padres. Ella se quedó sola en las labores de
presentación a las pocas semanas aunque en un principio sí tenía un
copresentador, Jesús Marchamalo.
'Cajón desastre' respondía a la mezcla de géneros, a un sinfín de
posibilidades para pasar el rato, todas ellas metidas en el cajón de un
trastero de cualquier casa. El trastero de TVE se abría a las 9 de la mañana y
finiquitaba a las 12.20 aproximadamente. Se abría con un apartado
primordialmente infantil y en el que tenían cabida muchas de las series
animadas más entretenidas de la época. Una de sus características fue el
confiar en productos de la Europa del Este, pequeños cortos de origen polaco o
yugoslavo pero que demostraban tener calidad en su imagen y, sobre todo, en su
contenido. Algunas de ellas fueron 'Bojan', 'Víctor y María', 'Calculín', 'Fábulas',
'Emilie' o 'Mr Hiccup'. Bien es cierto que también aceptaron buenas propuestas
de grandes productoras como los dibujos de 'Merrie Melodies', 'Johny Quest', 'El
cachorro de Scooby Doo', 'Los Bluffers', 'Mafalda', la interesante versión
animada de 'El mago de Oz' o 'Teen Wolf', adaptación en dibujos de la película
de Michael J. Fox, gran éxito del momento. También incluía una sección
llamada 'el planeta imaginario', de similar nombre que un conocido espacio
juvenil de TVE, pero con otras temáticas como la historia de Andersen 'Ole
Lukoje'.
Míriam daba paso a un apartado del programa llamado, en principio,
'Actividades'. Allí, los niños y niñas participaban activamente en el
programa en secciones como 'Ilustración', que podía estar dedicada a los
garabatos, 'lápices de colores', 'Sobre ruedas' con Jordi Bertrán o
'Contrastes'. Y la tercera fase fue la más popular y representativa de esta mítica
producción de nuestra tele patria. Dirigida a los 'adolescentes', como ellos
mimos llamaron a esta parte final, incluía la emisión de una serie americana
de impacto y unas muestras del género de variedades en su más extensa concepción.
Como estreno, no pudieron empezar con mejor pie. Decidieron ofrecer al público
español las aventuras de un extraterrestre irreverente llamado 'Alf'. Tanto y
tan repentino fue el éxito, que pronto dio el salto desde el cajón. Por lo que
'Alf' se independizó para ubicarse en la tarde dominical de la tele pública.
Pero el cajón no se resintió demasiado ya que tenía otras bazas como 'Los
robinsones suizos', 'Colegio Degrassi' y más adelante la fantástica 'De otro
mundo', con una niña que era capaz de detener el tiempo uniendo sus dos
dedos índices.
Una comedia de corte clásico ambientada en una vivienda familiar se ganó a los
espectadores más fieles. Se llamaba 'Pase sin llamar' y estaba protagonizada
por los actores Angel de Andres López (años más tarde popularísimo como uno
de los protagonistas de 'Manos a la obra'), Marta Fernández Muro, Laura Cepeda,
Raquel López y el pequeño Lucas Martín. En ese entorno se desarrollaban las
historias diarias de sus persoanjes como ocurriría habitualmente y un poco más
tarde en todas las telecomedias de cualquier cadena de televisión en España. Y
en ese decorado se producía la cabecera de 'Cajón desastre', una inquietante
melodía a modo de espía que se cuela en hogar ajeno para pillar por sorpresa a
los habitantes del mismo.
Tras la serie, el espectáculo del grupo 'Ale hop', las actuaciones de Rudy
y Carlos, Marisol, las coreografías de Bob Niko, las marionetas Rocamora o
la atracción 'Nessum Dorma'. El humor sería la clave de esta sección. Así,
destacaron 'Faemino y Cansado' dentro del subapartado 'Cinema desastre'. Sus diálogos
surrealistas e innovadores supusieron un aire fresco para la nueva televisión
cercana a los años 90. También Pepe Viyuela hizo su primera aparición en el
medio realizando sus interpretaciones a modo de mimo, o Karola Eskarola,
una actriz rellenita y descarada, que hacía unos sketches llenos de fuerza
e impacto. Como remate a este elenco de nuevas figuras, el peso de nuestro
mejor tahur, el mago de la tele, don Juan Tamariz, en su 'Magia Street'. Y el
cierre del espacio contaba con otro decorado, una especie de garaje donde
los jóvenes se reunían a bailar y cantar sus propios temas. Los
grupos que se acercaban a ofrecer sus creaciones no eran de primera línea
sino formaciones que pedían su primera oportunidad en televisión para dejarles
demostrar su talento. Algunos de ellos fueron: Los gatillos, Los flechazos,
Agentes secretos, los Ensayos, los Confidentes, Jim y las Hienas, La lefme
que mamafte, los gatos fríos, DNI, los vagos de Minesota, Cosa nostra, Cuatro
bajo cero... o los más afianzados 'No me pises que llevo chanclas', 'Modestia
aparte', 'Los Refrescos' o 'Siniestro total'. Una especie de guateque
actualizado. La imagen de un gran reloj mientras todo el público presente
entonaba la cuenta atrás a golpe de cadera junto a Míriam llevaba a
los títulos de crédito finales.
El programa convenció de una manera contundente. Así, ganó dos premios de la
revista TP como mejor espacio infantil y Míriam logró una nominación a ser la
mejor presentadora de todas las cadenas, cuando éstas ya existían. Los jefazos
pensaron que se podía exprimir más el limón y por ello, el 19 de Abril de
1990 pasó a ser diario de Lunes a Jueves tras 'Los mundos de Yupi'. De una hora
de duración, Míriam explotó aún más su faceta artística interpretando a la
Mari, una operadora telefónica cotilla. Y en el 'Consultorio desastre' junto a
Faemino y Cansado dando consejos. Empezaron a colaborar Arcadio Pascual y Nines
Martínez con la sección deportiva 'Acción en acción'. Se incoporaron la
serie animada 'Patoaventuras' con el tío Gilito y sus tres sobrinos, el 'Conde
Duckula' y los capítulos de una serie americana que también conseguiría
emanciparse pronto, la clásica y querida 'Los problemas crecen' de la familia
Seaver. Otras secciones fueron 'Radio desastre', 'Basta y recógelo', 'Nuestro
mundo', los videoclips grabados en exteriores o 'Estadio desastre'. Pero el
programa llamó la atención por su gymkana gigantesca donde dos grupos tenían
que recorrer la pista sobre patines. Míriam se puso las botas a danzar por
la pista y a presentar a los equipos con sus curiosos nombres (como 'las albóndigas
retorcidas' o 'los elefantes escacharrados') que remataría con el silbido
característico de la Aroca. En verano, se desplazaron a una gigantesca piscina
donde más de una vez acabó mojándose igual que los pequeños concursantes.
Curiosamente la aventura se cerró en Marzo de 1991 cuando estaba en un espléndido
momento de creatividad y producción. TVE lo sustituyó por una nueva apuesta
llamada 'Juega con nosotros', que incluía la emisión de una serie y un
concurso diferente para cada día (entre otros, el 'Pictionary' de Jordi
Hurtado, el 'Supertren' de Elisa Matilla o 'El rescate del talismán').
Algún jefazo debió pensar que los tiempos estaban cambiando y la solución era
simplificar la propuesta, que no salió bien y tuvo que ceder su lugar a
nuevas series extranjeras relevándose entre ellas.
'Cajón desastre' supuso un momento de inteligencia en el medio, de ganas de
pasarlo bien con personas que valían para ello. Realizado por gentes de la
tele que pensaban en las bases del medio televisivo: formar, informar y
entretener. La popularidad de Míriam hizo que la revista TP abriera una línea
telefónica donde la gente podía preguntarle por situaciones de la vida
cotidiana y recibir consejos de su presentadora favorita. También sirvió para
hacer de ella una chica polifacética pues sacó su primer disco, 'Chicos' y
supo defenderlo con una gran dósis de vitalidad. Llamó la atención de Chicho
Ibáñez Serrador para que sustituyera a la gran Mayra Gómez Kemp en el regreso
del mítico 'Un, dos, tres' junto a Jordi Estadella. También Pedro Almodóvar
la llamó para hacer un pequeño papel en 'Tacones lejanos', Fernando Trueba la
alzó hasta el Oscar en 'Belle epoque' y las cadenas se la rifaron para tenerla
entre sus fichajes estrella hasta el punto de convertirse en un verdadero escándalo
el sueldo que cobraba en 1994 en la tele pública. Hoy en día es una de las
figuras más queridas del medio y la vimos meterse en su viejo cajón desastre
en la gala '¿Como están ustedes?' que presentó para celebrar los 50 años de
infantiles en TVE. El que les escribe tuvo el placer de agradecerle tantos
buenos ratos televisivos cuando la entrevisté para 'Contigo de tarde' de Canal
4 Castilla y Léon en la gala de los Premios Goya de 2007. Entonando su sintonía
de cierre, 'subidubidubi subiduba', sólo queda decir que pocas veces sale un
resultado tan bueno de un 'desastre' tan grande.
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