Hace
unos días, mi rincón telenostálgico semanal se vistió de gala para reunir a
dos de los mitos televisivos que los niños de los 80 mantienen con todo el cariño
desde que los vimos en TVE. Nadie ha podido olvidar al travieso Pepe Soplillo ni
a la pelipetirroja Verónica Mengod. Desde luego que ha sonado en nuestras
memorias, como una bella caja de música tintineante, la melodía de “El
kiosco”… “puedes reír y disfrutar, todo lo tienes aquí…”.
La
cabecera comenzaba con un aire optimista. “Si tus cosas no van muy bien, no te
apures, alégrate, todo tiene solución”. Ese era el espíritu de la
programación infantil de la tele pública por entonces. Entretener formando.
Era la época de “La bola de cristal”, de Espinete y sus aventuras de
“Barrio Sésamo” o de “Los sabios” con MIM. De lunes a jueves, en aquel
Octubre del 84, descubrimos al sustituto de “Dabadabadá”, adaptándose a
los tiempos que corrían.
Pepe
Carabias venía de poner la voz a Paco Micro, junto a Sonia Martínez. Pero aquí
tenía un reto aún mayor, manejar también la boca de Pepe Soplillo. Un entrañable
personaje, con gorrita y un jersey azul con dos letras de inequívoca evidencia,
PP. Las lecturas políticas que se hubieran hecho hoy día, con ese nombre y un
fondo azul, hubieran hecho correr ríos de tinta. Pero para tinta, la de los
rotuladores de José Ramón Sánchez, el pintor del bigote que tan divertidos
dibujos creaba en un momento.
Verónica
Mengod provenía de una familia de artistas, de un padre compositor que le había
acercado el mundo de la televisión en primera persona. Con solo 17 años ya tenía
programa propio en la única tele de este país (el UHF emitía sólo unas
horas) y eso que su estreno pudo ser anterior, ya que se había presentado al
casting del programa “Nosotros” 2 años antes, que acabó haciendo una pequeñaja
llamada Aitana Sánchez Gijón. Verónica era, y es, pura sencillez, armonía,
profesionalidad y talento.
Al
equipo se añadiría Joe Rígoli, el humorista que había popularizado la
expresión “Yooo sigoo” en los años 70, y que se encargaría del concurso
de los martes, con una ruleta. Alberto Closas Jr iba a ser “el Genio”, el
que probaría inventos y fórmulas para transmitir el interés de la ciencia a
los más pequeños. Que no faltara la música, la del ballet de Víctor Ullate o
la de los “Baby Discos”, aquellos minivideoclips que versionaban los éxitos
del momento, véase “La historia interminable”, por ejemplo.
“El
kiosco” contó con números artísticos, poemas de Joaquín Díaz, alguna tira
animada y la interpretación del tema principal por la propia presentadora.
Primero en una versión casta para dar paso a un remake rockero a golpe de
guitarras. El éxito fue clamoroso y TVE decidió ampliar el tiempo al programa
aunque en una sola emisión, para poder dar cabida a otros contenidos que pedían
turno en la programación. Los jueves, hasta su final, en 1987.
Pepe
Soplillo es el único Muppet creado en exclusiva para TVE. Carabias tuvo que
hacer un casting inicial y un curso posterior en Londres conociendo en persona
al gran Jim Henson, que rompía en ese momento con creaciones de la talla de
“Los Fraguel” o con los personajes de “Cristal oscuro”. El brazo de
escayola que sirvió de molde para la construcción del muñeco hubiera impedido
que otro actor pudiese manejar a Soplillo. Menudo lujazo.
Nos
contaban en el programa que hubo un especial desde Nueva York, y la grabación
tan simpática del travelling para que pareciese que Pepe Soplillo iba andando
con Verónica. Llegaron a estar en las Torres Gemelas. Y hubo un especial en la
playa, con esa imagen simpática de la Mengod en pareo, y el muñeco en la
tumbona de al lado. Pedagogos y demás expertos hicieron que este infantil
resultara tan entrañable para los espectadores menudos como para sus
parentelas.
Fue
un honor contar con la presencia de sus artífices principales. Y hablar de su
paso por otros programas. No olvidemos que Carabias era “El monstruo de Sáncheztein”
o que hizo aquel recordado “Lápiz y papel (adjunto, sirena y puerta). O que
Verónica fue la “chica del ordenador” del mejor “Precio justo”, el de
Joaquín Prat. O de su participación en grandes series, como “Ala dina” y
“La casa de los líos”. Recomiendo a los amantes de los musicales que la
vean haciendo un número de “Cats” para “Telepasión”.
En
definitiva, creo que dejamos desde la tele de Castilla y León un legado para
que las nuevas generaciones disfruten de un imperecedero “Kiosco”, para
conocer lo que fue la mejor televisión de este país. Y a los que lo vivimos,
el tesoro vivo de escuchar a sus protagonistas y contemplar que el tiempo no
pasa por Verónica, eternamente bella y cercana. Y que Pepe Carabias es uno de
esos currantes de la tele que merece su estrella en el firmamento de los mitos
televisivos. Gracias por hacernos felices…siempre.
Vídeos
de la entrevista
Capturas
de El Kiosko |