El rincón de 

 Miguel Herrero

  Verónica Mengod y Pepe Carabias  

 

 

Hace unos días, mi rincón telenostálgico semanal se vistió de gala para reunir a dos de los mitos televisivos que los niños de los 80 mantienen con todo el cariño desde que los vimos en TVE. Nadie ha podido olvidar al travieso Pepe Soplillo ni a la pelipetirroja Verónica Mengod. Desde luego que ha sonado en nuestras memorias, como una bella caja de música tintineante, la melodía de “El kiosco”… “puedes reír y disfrutar, todo lo tienes aquí…”.

La cabecera comenzaba con un aire optimista. “Si tus cosas no van muy bien, no te apures, alégrate, todo tiene solución”. Ese era el espíritu de la programación infantil de la tele pública por entonces. Entretener formando. Era la época de “La bola de cristal”, de Espinete y sus aventuras de “Barrio Sésamo” o de “Los sabios” con MIM. De lunes a jueves, en aquel Octubre del 84, descubrimos al sustituto de “Dabadabadá”, adaptándose a los tiempos que corrían.

Pepe Carabias venía de poner la voz a Paco Micro, junto a Sonia Martínez. Pero aquí tenía un reto aún mayor, manejar también la boca de Pepe Soplillo. Un entrañable personaje, con gorrita y un jersey azul con dos letras de inequívoca evidencia, PP. Las lecturas políticas que se hubieran hecho hoy día, con ese nombre y un fondo azul, hubieran hecho correr ríos de tinta. Pero para tinta, la de los rotuladores de José Ramón Sánchez, el pintor del bigote que tan divertidos dibujos creaba en un momento.

Verónica Mengod provenía de una familia de artistas, de un padre compositor que le había acercado el mundo de la televisión en primera persona. Con solo 17 años ya tenía programa propio en la única tele de este país (el UHF emitía sólo unas horas) y eso que su estreno pudo ser anterior, ya que se había presentado al casting del programa “Nosotros” 2 años antes, que acabó haciendo una pequeñaja llamada Aitana Sánchez Gijón. Verónica era, y es, pura sencillez, armonía, profesionalidad y talento.

Al equipo se añadiría Joe Rígoli, el humorista que había popularizado la expresión “Yooo sigoo” en los años 70, y que se encargaría del concurso de los martes, con una ruleta. Alberto Closas Jr iba a ser “el Genio”, el que probaría inventos y fórmulas para transmitir el interés de la ciencia a los más pequeños. Que no faltara la música, la del ballet de Víctor Ullate o la de los “Baby Discos”, aquellos minivideoclips que versionaban los éxitos del momento, véase “La historia interminable”, por ejemplo.

“El kiosco” contó con números artísticos, poemas de Joaquín Díaz, alguna tira animada y la interpretación del tema principal por la propia presentadora. Primero en una versión casta para dar paso a un remake rockero a golpe de guitarras. El éxito fue clamoroso y TVE decidió ampliar el tiempo al programa aunque en una sola emisión, para poder dar cabida a otros contenidos que pedían turno en la programación. Los jueves, hasta su final, en 1987.

Pepe Soplillo es el único Muppet creado en exclusiva para TVE. Carabias tuvo que hacer un casting inicial y un curso posterior en Londres conociendo en persona al gran Jim Henson, que rompía en ese momento con creaciones de la talla de “Los Fraguel” o con los personajes de “Cristal oscuro”. El brazo de escayola que sirvió de molde para la construcción del muñeco hubiera impedido que otro actor pudiese manejar a Soplillo. Menudo lujazo.

Nos contaban en el programa que hubo un especial desde Nueva York, y la grabación tan simpática del travelling para que pareciese que Pepe Soplillo iba andando con Verónica. Llegaron a estar en las Torres Gemelas. Y hubo un especial en la playa, con esa imagen simpática de la Mengod en pareo, y el muñeco en la tumbona de al lado. Pedagogos y demás expertos hicieron que este infantil resultara tan entrañable para los espectadores menudos como para sus parentelas.

Fue un honor contar con la presencia de sus artífices principales. Y hablar de su paso por otros programas. No olvidemos que Carabias era “El monstruo de Sáncheztein” o que hizo aquel recordado “Lápiz y papel (adjunto, sirena y puerta). O que Verónica fue la “chica del ordenador” del mejor “Precio justo”, el de Joaquín Prat. O de su participación en grandes series, como “Ala dina” y “La casa de los líos”. Recomiendo a los amantes de los musicales que la vean haciendo un número de “Cats” para “Telepasión”.

En definitiva, creo que dejamos desde la tele de Castilla y León un legado para que las nuevas generaciones disfruten de un imperecedero “Kiosco”, para conocer lo que fue la mejor televisión de este país. Y a los que lo vivimos, el tesoro vivo de escuchar a sus protagonistas y contemplar que el tiempo no pasa por Verónica, eternamente bella y cercana. Y que Pepe Carabias es uno de esos currantes de la tele que merece su estrella en el firmamento de los mitos televisivos. Gracias por hacernos felices…siempre.

 

Vídeos de la entrevista

Capturas de El Kiosko

 

 

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